Evangelio
La buena noticia
Evangelio
La palabra “evangelio” significa “buenas noticias”. El evangelio cuenta la historia de lo que Dios ha hecho a través de su Hijo Jesucristo para salvar a pecadores. Podemos resumir esta gran historia en 4 capítulos:
Capítulo 1: Dios y su creación
“Todo fue creado por medio de Él y para Él. Y Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en Él subsisten” (Colosenses 1:16-17)
Dios, nuestro Creador, es eterno, perfecto, justo y amoroso. Él creó de la nada el universo, lo puso en orden y lo sostiene hasta hoy.
Él diseñó la Tierra como un lugar perfecto para que viviese en ella el ser humano. Él hizo al primer hombre y a la primera mujer a su imagen, los puso como gobernadores de toda la creación, y les mandó que se reprodujesen y disfrutasen de toda la Tierra.
Dios nos hizo libremente, por puro amor, para compartir con nosotros todo su bienestar. Fuimos hechos para tener una relación íntima con Él.
El secreto de nuestra vida y felicidad se encuentra en esa relación con el Creador y con sus mandamientos, que son buenos, agradables y justos.
“Todo fue creado por medio de Él y para Él. Y Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en Él subsisten” (Colosenses 1:16-17)
Dios, nuestro Creador, es eterno, perfecto, justo y amoroso. Él creó de la nada el universo, lo puso en orden y lo sostiene hasta hoy.
Él diseñó la Tierra como un lugar perfecto para que viviese en ella el ser humano. Él hizo al primer hombre y a la primera mujer a su imagen, los puso como gobernadores de toda la creación, y les mandó que se reprodujesen y disfrutasen de toda la Tierra.
Dios nos hizo libremente, por puro amor, para compartir con nosotros todo su bienestar. Fuimos hechos para tener una relación íntima con Él.
El secreto de nuestra vida y felicidad se encuentra en esa relación con el Creador y con sus mandamientos, que son buenos, agradables y justos.
Capítulo 2: El ser humano y su rebeldía
“Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios” (Romanos 3:23)
Todo lo que Dios hizo era bueno y hermoso. La Tierra era un paraíso idílico y el ser humano vivía en libertad, felicidad, justicia y paz. Pero todo esto se estruyó cuando nuestros primeros padres dudaron de las intenciones de Dios, se rebelaron contra sus mandamientos y escogieron independizarse de Él. Ellos decidieron por orgullo ser sus propios dioses y determinar lo que era bueno o malo para ellos. En ese momento, se rompió radicalmente nuestra relación con Dios. El orgullo, el egoísmo y el engaño comenzaron a controlarnos. El mundo se convirtió en un lugar de tristeza, injusticias y desastres. Esa traición nos situó de inmediato como culpables ante Dios. Como descendientes, nosotros heredamos la rebeldía, la culpa y el castigo merecido. La rebeldía contra Dios es evidente en todos desde que nacemos, rechazando voluntariamente a Dios y sus reglas. Esto nos deja, además de vacíos, a esperas de un juicio final bajo la ira eterna de Dios, que es bueno y justo.
“Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios” (Romanos 3:23)
Todo lo que Dios hizo era bueno y hermoso. La Tierra era un paraíso idílico y el ser humano vivía en libertad, felicidad, justicia y paz. Pero todo esto se estruyó cuando nuestros primeros padres dudaron de las intenciones de Dios, se rebelaron contra sus mandamientos y escogieron independizarse de Él. Ellos decidieron por orgullo ser sus propios dioses y determinar lo que era bueno o malo para ellos. En ese momento, se rompió radicalmente nuestra relación con Dios. El orgullo, el egoísmo y el engaño comenzaron a controlarnos. El mundo se convirtió en un lugar de tristeza, injusticias y desastres. Esa traición nos situó de inmediato como culpables ante Dios. Como descendientes, nosotros heredamos la rebeldía, la culpa y el castigo merecido. La rebeldía contra Dios es evidente en todos desde que nacemos, rechazando voluntariamente a Dios y sus reglas. Esto nos deja, además de vacíos, a esperas de un juicio final bajo la ira eterna de Dios, que es bueno y justo.
Capítulo 3: Jesucristo y su salvación
“El justo por los injustos” (1 Pedro 3:18)
En su perfecta justicia, Dios debe castigarnos por nuestra rebeldía; pero, en su gran amor, Él ha querido dar una solución que satisface su justicia, a la vez que permite salvarnos. Hace cerca de 2000 años, Dios vino a la Tierra en la persona de su Hijo, Jesucristo. Él se hizo hombre, naciendo milagrosamente de una virgen. Creció y anduvo haciendo bien a todos, mostrando su poder con muchas señales. Jesús vivió una vida perfecta según los mandamientos de Dios. Llegado el momento, según su plan, fue condenado injustamente y crucificado. Con esto, Jesús se convirtió en el Sustituto de todos los que creen: vivió la vida obediente que nosotros no pudimos, y murió para pagar nuestro castigo merecido delante de la justicia de Dios el Padre. Al tercer día resucitó como prueba de su verdad y de su poder. Con esta misión que llevó a cabo, Jesús ganó todo el derecho para darnos el perdón y reconciliarnos con Dios, haciéndonos hijos amados suyos.
“El justo por los injustos” (1 Pedro 3:18)
En su perfecta justicia, Dios debe castigarnos por nuestra rebeldía; pero, en su gran amor, Él ha querido dar una solución que satisface su justicia, a la vez que permite salvarnos. Hace cerca de 2000 años, Dios vino a la Tierra en la persona de su Hijo, Jesucristo. Él se hizo hombre, naciendo milagrosamente de una virgen. Creció y anduvo haciendo bien a todos, mostrando su poder con muchas señales. Jesús vivió una vida perfecta según los mandamientos de Dios. Llegado el momento, según su plan, fue condenado injustamente y crucificado. Con esto, Jesús se convirtió en el Sustituto de todos los que creen: vivió la vida obediente que nosotros no pudimos, y murió para pagar nuestro castigo merecido delante de la justicia de Dios el Padre. Al tercer día resucitó como prueba de su verdad y de su poder. Con esta misión que llevó a cabo, Jesús ganó todo el derecho para darnos el perdón y reconciliarnos con Dios, haciéndonos hijos amados suyos.
Capítulo 4: La restauración de todo y nosotros
“Arrepentíos y creed en el evangelio” (Marcos 1:15)
La esperanza de la humanidad y de la creación entera es Jesucristo. Dios ha señalado un día para el gran juicio. Jesucristo volverá por segunda vez sobre la Tierra como el Rey del universo. Ese día habrá condenación bajo el castigo eterno para unos, y vida eterna para otros. Para ser parte de la restauración final, Dios manda a cada uno a arrepentirnos de nuestra rebeldía y desobediencia contra Dios, y a confiar en Jesucristo como el Sustituto y Salvador que necesitamos. Esto implica reconocerle como el único Señor a quién seguiremos toda nuestra vida. Para todos estos, Dios ha prometido darles el perdón por su rebeldía, el poder del Espíritu Santo para vivir en obediencia a su voluntad descrita en la Biblia, y vida eterna junto a Él y todos los creyentes de todas las naciones, en un mundo completamente restaurado a su diseño original.
“Arrepentíos y creed en el evangelio” (Marcos 1:15)
La esperanza de la humanidad y de la creación entera es Jesucristo. Dios ha señalado un día para el gran juicio. Jesucristo volverá por segunda vez sobre la Tierra como el Rey del universo. Ese día habrá condenación bajo el castigo eterno para unos, y vida eterna para otros. Para ser parte de la restauración final, Dios manda a cada uno a arrepentirnos de nuestra rebeldía y desobediencia contra Dios, y a confiar en Jesucristo como el Sustituto y Salvador que necesitamos. Esto implica reconocerle como el único Señor a quién seguiremos toda nuestra vida. Para todos estos, Dios ha prometido darles el perdón por su rebeldía, el poder del Espíritu Santo para vivir en obediencia a su voluntad descrita en la Biblia, y vida eterna junto a Él y todos los creyentes de todas las naciones, en un mundo completamente restaurado a su diseño original.